lunes, 27 de febrero de 2012

Permitirnos merecer


Hola a todos!!! Bueno, como se abran dado cuento me tome unas vacaciones. Pero aquí estoy de vuelta y cargada con mucha energía para este 2012. Bueno, un nuevo año, un nuevo comienzo. Yo, personalmente, no creo que el mundo se vaya a acabar, no del todo. Pero de alguna manera sí se va a acabar, porque al pasar a la nueva era, se acaba el mundo de la inconsciencia. Para mí, es solo como un gran DESPERTAR. Un gran viaje… Pero ya veremos que nos tiene preparado el destino.

Por ahora quiero hablar de un tema que me lleva sonando en la cabeza. En estas vacaciones pensé mucho acerca de la felicidad. Lo más importante, sin embargo, no es ser feliz. Es estar equilibrado. Porque a mí me parece que sentirse triste, está bien! Me parece perfecto. Me parece sano. Pero muchas veces, el problema no es si uno es feliz o triste. Muchas veces el problema es que uno no se PERMITE ser feliz.
Uno está bien, sintiéndose de maravilla… Y entonces empiezan las preocupaciones. Es casi como si creyéramos que está mal sentirnos así, es como si pensáramos que no lo mereciéramos. Y mucha gente, simplemente no puede soportar la felicidad. No lo aguantan.  Y sienten que necesitan, casi que castigarse… Solo por sentirse bien.
Y es normal. Cuando uno no está acostumbrado a sentirse bien, cuando uno vive quejándose, cuando uno vive sufriendo por todo… Entonces al sentirse uno feliz, uno no entiende lo que está pasando y esto nos puede llevar a la locura.
Pero es todo lo contrario. TODOS NOS MERECEMOS LO MEJOR. Solo hay que estar completamente convencidos de eso. Así podremos disfrutar enteramente de cada momento, sentirlo por cada centímetro de nuestro cuerpo, y sentir felicidad pura. Sentirnos completos, sin sentirnos culpables.  Porque, aunque sí somos culpables de muchas cosas… No podemos dejar que eso nos robe nuestra felicidad. Así que cuando se sientan felices, cuiden la felicidad. Y estén SEGUROS de que se merecen eso y mucho más.
Nos vemos!
-Alegría .

viernes, 11 de noviembre de 2011

Pedir perdon, perdonar y perdonarse.


Hola a todos! Bueno, primero me gustaría contarles que hoy es un día MUY importante. 11/11/11. Algunos dicen que es el día de los deseos, otros que es el día de la luz, y así hay más teorías. Para mí, simplemente es especial. Así que les deseo a todos un feliz 11/11/11 !!! Que la luz los ilumine.
Y ahora sí, a lo que vinimos… El tema de hoy es el perdón. Perdonar es una de las cosas más grandes que existen en este mundo. Este mundo lleno de imperfecciones y de errores. Y día a día todos nos equivocamos, y nos equivocamos mucho. ASÍ ES. Y esto no es necesariamente algo malo, al contrario.
Pero estos errores, estas equivocaciones muchas veces pueden afectar a otras personas. Y cuando nosotros somos los “afectantes” los que causamos el caos, tenemos que aprender a tragarnos nuestro orgullo. Nuestro ego, que SIEMPRE va a estar ahí diciéndonos que como vamos a pedir perdón, para nuestro orgullo eso es tal vez lo más bajo. Pero lo que nosotros tenemos que hacer es aprender a callar ese orgullo y pedir perdón. Del corazón… Porque si uno está arrepentido de algo que hizo o dijo, ¿Por qué callar? Mejor pedir perdón y borrón y cuenta nueva! Y si bien, las cosas jamás serán como solían ser uno poco a poco va buscando la manera de acomodar todo lo desacomodado y seguir adelante.
Después está el caso de ser el que tiene que perdonar. Y esto, a mi parecer, puede llegar a ser incluso más difícil que pedir perdón. He aquí otra vez el orgullo impidiéndonos perdonar. Pero otra vez tenemos que superarlo. Y quizás el daño fue muy fuerte y uno siente que uno no está listo para perdonar aún… PERFECTO. Eso es más que normal. Y está bien que nos tomemos nuestro tiempo meditando las cosas y aceptándolas para después poder perdonar y seguir adelante.
Por último está el más difícil de todos. Perdonarse a uno mismo. Me imagino que se preguntarán..¿Perdonarnos de qué? De la culpa, de sufrir, de sentir lo que sentimos. Muchas veces nos echamos la culpa de cosas que están fuera de nuestro alcance y nos castigamos cargando con esa culpa, nos castigamos odiándonos por sentir las cosas que sentimos, nos castigamos odiando nos por haber hecho daño. Y entonces ¿qué hacemos? Lo retenemos ahí. Lo guardamos adentro y no lo dejamos salir hasta que al final no podemos aguantarlo más. Más que perdonarnos, es liberarnos. Es sentir ese dolor por cada centímetro de nuestro cuerpo, llorar hasta ya no tener más lágrimas, romperlo todo, gritar, y después dejarlo ir…
Bueno amigos. Espero que tengan una semana maravillosa!
-Alegría.

sábado, 5 de noviembre de 2011

Un viaje y volver a casa


Un viaje… Nosotros hacemos viajes todo el tiempo. Pueden ser viajes largos, de esos que nos montamos en un avión para poder llegar a nuestro destino. Hay viajes en tren. Pero también hay pequeños viajes, viajes a tienda, al parque. Y bien, hay otros viajes que son un poco más espirituales.
Nos la pasamos viajando, yendo de un lugar a otro, buscando eso que tanto deseamos. Nos buscamos a nosotros mismos, buscamos estar en casa. Más allá de la casa en donde vives, estar en casa es estar en ese lugar donde te sientes bien, donde eres tú mismo, donde no te da miedo nada, donde te sientes protegido.
Y a veces nos la pasamos viajando, buscando y buscando, pero no nos damos cuenta que lo que buscamos está en casa. Después de un largo viaje no hay nada mejor que volver a casa. Y al final, ¿Qué es esta vida? No es más que un eterno viaje. Viajamos y volvemos, viajamos y volvemos. La vida es una eterna búsqueda, porque cuando encontremos eso que queremos, otra cosa vamos a querer. Y vamos a viajar a donde sea necesario para encontrarlo.
Lo que pasa con los viajes, es que a veces no encontramos el camino de regreso a casa. Pero lo primero que hay que hacer, es identificarla. Estar en casa puede ser un lugar, un olor, una mirada, una persona. Es hacer eso que nos gusta, es escuchar una canción, estar con la naturaleza. Estar en casa es cuando nuestra alma y nuestro cuerpo están en contacto y se vuelven uno solo.
Y eso es lo mejor de volver a casa, que siempre está a nuestro alcance. Podemos estar en cualquier lugar del mundo, y volver a casa. Por eso les recomiendo si  se sientan tristes, perdidos en este eterno viaje, recuerden que SIEMPRE se puede volver a casa, es más sencillo de lo que imaginamos. El propósito de todo viaje es volver a casa con un aprendizaje. Porque de TODO TODO TODO se puede aprender algo.
Así que mi consejo es que DISFRUTEN de cada viaje que hagan, de cada búsqueda, y de cada cosa que los haga volver a casa.
Nos vemos!
-Alegría.

viernes, 21 de octubre de 2011

Parte de ti mismo


Hola a todos. Bueno hoy les vengo a hablar de cómo ser parte de uno mismo. Y para guiarme voy a usar una frase de uno de los genios más increíbles del mundo, Leonardo da Vincci. Da Vincci Dijo : If you are alone you belong entirely to yourself. If you are accompanied by even one companion you belong only half to yourself" Esto Significa que si uno está solo, uno pertenece completamente parte de uno mismo, pero si uno esa acompañado, así sea solo con una persona, perteneces solamente a la mitad de ti mismo.

Y da Vincci era un genio, tenía más de 29 profesiones y sin sus avances y sus bases, ni la mitad de las cosas que tenemos ahora existirían. Y esta, es una frase maravillosa dicha por un genio. Y muy sabia. Porque es así. Muchas veces nosotros nos esforzamos por ser parte de algo. A veces cuando uno es nuevo y llega a algún lugar dice “Ah, me gustaría ser parte de ese grupo” O “Quiero ser parte de esto… de aquello”
A veces, incluso nos obsesionamos con ser parte de eso  que queremos ser. Queremos pertenecer a algo, ser amigos de alguien, entrar en un club. La razón de esto puede variar, pero generalmente es porque sentimos que eso es exclusivo y que siendo parte de eso vamos a ser más.
Pero de tanto ilusionarnos, nos chocamos frente al piso. A veces creemos que ya somos parte de algo y cuando nos ponemos a mirar, no somos parte de nada y estamos completamente solos.
Lo que no nos ponemos a pensar es en lo que realmente es importante. En que la idea no es ser parte de un grupo o parte de algo. Lo que realmente importa es ser parte de uno mismo. Cuando aprendemos a disfrutar la soledad, a pasar tiempo con nosotros mismos, a hablarnos, a querernos, cuando la soledad no es un sentimiento horrible sino algo placentero… es ahí cuando nos pertenecemos completamente.
Y lo importante de eso, es que para poder pertenecer a cualquier otra cosa, para poder ser parte, primero tenemos que ser parte de nosotros mismos, si no, no vamos a llegar a ningún lado. Si no aprendemos a pertenecernos primero, entonces todo lo demás, hagas parte de los grupos, los clubes que sean, todo eso va a ser una mentira. Porque uno no le puede pertenecer a alguien. Uno es uno. Y de ahí uno va viendo que le gusta, que le cuadra y va siendo parte de cosas que te traen beneficios, alegría.
Pero comenzamos sabiendo que Yo soy Yo, y Yo soy Mío. Porque cuando es al contrario, cuando empezamos  pensamos Yo soy Parte, exactamente eso eres. Parte de ti mismo y por eso no puedes sentirte en tu maximidad. Y generalmente lo que eso trae es sufrimiento, tristeza. Porque  puede que  creas que seas muy parte, pero si no estás dispuesto a decir que Tu eres Tu y Parte de TI MISMO. Entonces todos ahí te empiezan a pisotear, y esa no es la idea.
Por eso, la idea es que tengamos claro que para poder ser parte de algo, para poder progresar. Tenemos que aprender a querernos primeros, a disfrutar de la soledad, a pertenecernos completamente y de saber que TU eres TU y TE PERETENECES.
-Alegría.

lunes, 3 de octubre de 2011

Mi clave para la felicidad.


Hola a todos. Sí, sé que probablemente debí haber escrito hace un buen tiempo… Pero así son las cosas a veces. Que el tiempo no alcanza, que esto y aquello y el momento indicado no llega. Pero, lo importante, y de lo que estaré hablando hoy, es hacer que los pequeños momentos buenos valgan mucho más que los malos.
Porque a veces no preocupamos por cosas que no son importantes…  A veces queremos ser el que más plata tiene, más amigos, más éxito. Y es cierto. En el mundo en el que vivimos eso es muy importante. Y no tiene nada de malo que nos preocupemos por eso. El error está cuando solo nos enfocamos en eso y nos olvidamos de todo lo demás.
Y ¿Qué vendría siendo todo lo demás?  Las cosas que nos llenan. Lo que nos ayuda a no perdernos. Eso que sentimos cuando nadie está ahí, pero aun así nos da fuerzas para seguir. Eso que no tiene nombre pero que todos sabemos que existe.
Nos olvidamos de seguir nuestros sueños, de vivir la vida al máximo. De creer en nosotros mismos, de tener fuerza suficiente para arriesgarnos y hacer lo que sentimos correcto. Nos olvidamos de seguir nuestras corazonadas, de bailar en la mitad de la lluvia sin que nada más importe. Nos olvidamos de vivir el momento como si fuera el último.
Porque muchos  buscan la felicidad. Todos buscamos la felicidad. Pero muchos la confunden con la perfección. Y para mí, es todo lo contrario. Que todo esté perfecto no significa que este feliz. Al revés, para mí, significa estrés y preocupación.
La felicidad se obtiene creyendo en la “des perfección” .  Creyendo en que dejándonos llevar, disfrutando y sin tantas preocupaciones vamos a sentirnos bien. Sentirnos alegres y con ganas de vivir.
Porque al final, no importa que tan felices hayamos sido. Si fuimos unos eufóricos o no la pasamos llorando. Lo que importa es que cuando tengamos esa felicidad la agarremos con nuestras manos lo más fuerte que podamos y lo disfrutemos.  Así sean pocos segundos, pocas veces. Disfrutar de esa felicidad. Y saber que, de alguna manera o otra, todo valió la pena.
-Alegría